jueves, 27 de marzo de 2008

Yo no hice el viaje, el viaje me hizo a mi (II)


18 de marzo


Estos dos últimos días de viaje han sido los más cansados de todo lo que llevamos. Despedirse de Venecia ha sido más que triste, dejar su belleza, sus canales... su olor salado.En Verona tubimos que buscarnos la vida y dormir en un albergue desde donde se veia una gran colina con un gran palacio en lo alto. En el albergue había un jardincillo frondoso y lleno de fuentes desde donde se veía la ciudad, no me habría extrañado que en cualquier momento hubieran salido un par de duendecillos correteando de entre los árboles.Por la noche, tras dejar los pesados macutos, nos hicimos una cenita a orillas del rio hasta que se nos puso a llover y tubimos que refugiarnos en el pórtico de una iglesia a beber cerveza, casi sin querer.Pasada la lluvia decidimos darnos un paseo nocturno y ver la ciudad con las luces encendidas. Dante nos vigilaba en la plaza de Erbe con su pose pensativa, velando los sueños de los mucho mendigos que duermen allí a la intemperie.Particularmente esa plaza fue la que más me gustó de verona, puesto que lo demás no hace más que explotar una de las mayores historias de amor y drama.Hoy nos hemos levantado a las 8 y nos hemos hecho el tour de museos como es debido. El duomo principal sin comentarios, eso es rococo y lo demás pura sencillez. La catedral de anastasia, un poco menos recargada, lucía su antiguedad al compás de los gritos de los obreros que la están reformando.El teatro romano me ha encantado, había una gatita que se paseaba por dentro (Fernandita la he bautizado) y que ha acabado en mi regazo buscando los mimos que nunca le dan los visitantes.Visita obligadísima a la casa de Julieta, que ha dejado muuuucho que desar.Primero, por que un millón de personas hacen cola para hacerse una foto agarrandole una teta a la estatua de julieta, que ya está desgastada en esa parte, y luego por que la casa en si no tiene absolutamente nada, escepto una cama muy linda que dio mucho que hablar y que pensar...La tumba de Julieta era algo mucho menos comercial, con unos jardines dignos de parar a sentarse en un banquito y recrearse en su tranquilidad y su silencio. Otra guarrada lo de firmar en las paredes de una tumba, y en la lápida, como si los muertos tubiesen que aguntar nuestras gilipolleces.Con ampollas en los pies, un cansancio de cojones y un rebote más que digno por lo irrespetuosa que es la gente, hemos acabado nuestra estancia en Verona, la ciudad señorial.
Ese día sonó:``Prefiero aquivocarme mil veces a obedecer´´

4 comentarios:

Camisas dijo...

Hola, he escrito un libro muy cachondo llamado Federico Verano Caliente, un adolescente alegre, loco, idealista, pícaro, hedonista y con buen corazón. Os invito a mi blog http://federicoveranocaliente.blogspot.com/ gracias

Anónimo dijo...

erika, el sueño de tenerte cerca está presente y se despierta al leer estas líneas

amor

Azarukita dijo...

Erika has vuelto!!!
Q bueno, y me he puesto al día de toda esa jornada... lo último q escribes...
cierto
cierto
y muy cierto
Un beso
q estés bien!
Aza

Barrabás-Barrabás dijo...

¿He entendí'o bien?, ¿aparte te quedaste con una gatita del teatro romano?... Si de por sí se lee inolvidable.