lunes, 11 de diciembre de 2006



William iba a tener un mal final.
Tenía los ojos desorbitados, la mirada fija, la boca abierta y babeante, gemía incoherencias y tenía la túnica manchada, pues se había orinado. [...]
Se necesitó la ayuda de cuatro hombres para sujetarle mientras un quinto le echaba el dogal al cuello. Hasta tal punto luchaba, que el nudo se apretó antes de que él cayera, siendo sus propios esfuerzos los que empezaron a entragularlo. William se contorsionaba, ahogándose mientras su gorda cara adquiría un color púrpura.[...]
William, cayó al fin, pero no se rompió el cuello, sino que permaneció colgado del extremo de la soga asfixiándose lentamente. Sus ojos seguían abiertos. Aliena tuvo la sensación de que la miraba. La mueca de su rostro mientras se retorcía en el extremo de la soga le resultaba familiar. Era la misma que había visto en él mientras la violaba, justo antes de tener el último orgasmo.[...] La cara de William se oscurecía más y más. Sus contorsiones se conviertieron en débiles estertores. Finalmente, los ojos se le hundieron, los párpados se cerraron y se quedó quieto. de repente, y de manera espeluznante, apareció entre los dientes su lengua, negra e hinchada.
Estaba muerto.
Los Pilares de la Tierra
Ken Follet
pd: increible la novela, sin mas. y el fragmento ... kizas... pase el tiempo q pase... akabara triunfando la justicia?

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